martes, 16 de octubre de 2012

Desarrollo

Es así que en la gran mayoría de las casas mexicanas se puede ver cada año un rito muy característico de la idiosincrasia mexicana, rito que se ha mantenido a través del paso de las generaciones lo más apegado al original posible.




El Día de Muertos es una de las tradiciones más ricas y arraigadas que tenemos en nuestra cultura popular los mexicanos. Dicha tradición data de la época prehispánica y se trata de una serie de mitos, ritos, tótems, etc.  Según las creencias, cuando las personas morimos nuestra alma se va a otro lugar llamado Mictlán, razón por la que los “vivos” no mantenemos un contacto constante con nuestros “muertos”, los contactos se dan cuando ellos nos visitan.
Es por esa razón que los mexicanos tratamos de dejar satisfechos a nuestros visitantes como buenos anfitriones. Les construimos ofrendas con cosas que les gustan, se pone especial énfasis en una cuestión muy valorada en todas las culturas: la comida.
Existen otras culturas que también realizan ritos en las mismas fechas teniendo como protagonistas a sus “muertos”, la estadounidense no es la excepción y, además, es muy importante para nosotros pues ha ejercido una fuerte influencia que ha llegado a cimbrar nuestros ritos.
Lo importante de esto, es conservar nuestra vasta cultura y girar en torno a ella, pues es el más importante legado que nos han dejado nuestros antepasados, debemos estar orgullosos de la mexicanidad que ha sobrevivido a los golpes más fuertes que se pueden imaginar: a la conquista militar, a la evangelización, a la economía, a la migración y muchos factores más que han podido ponerla en peligro.



  • Las Calaveras de dulce, tienen escritos el nombre del difunto (o en algunos casos de personas vivas, en forma de broma modesta que no ofende en particular al aludido) en la frente, son consumidas por parientes o amigos.
  • El Pan de muerto. Platillo especial del Día de Muertos. Es un panecillo dulce que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con figuras del mismo pan en forma de hueso y se espolvorea con azúcar.
  • Las Flores. Durante el período del 1 al 2 de noviembre las familias normalmente limpian y decoran las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente de cempasúchitl, las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos. Casi todos los panteones son visitados.
  • La Ofrenda y la visita de las almas. Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre, y las almas de los adultos regresan el día 2. En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya sea por que ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muerto, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto al retrato de los difuntos rodeados de veladoras.

Altar


Altar
Retrato de la persona recordada: El retrato del difunto sugiere el ánima que los visitará la noche del 2 de noviembre.Los materiales comúnmente utilizados para hacer una ofrenda de muertos para el Día de Muertos tiene un significado, y son entre otros los siguientes:

  • Calabaza en tacha: Este fruto ocupa un lugar privilegiado tanto en la cocina tradicional prehispánica como en la actual. Es parte de la tetralogía alimenticia del país, al lado del maíz, el frijol y el chile. De ella se aprovecha todo: tallos, guías, flores, frutos y semillas. En el altar se prepara como dulce: cocida con azúcar, canela, tejocotes, trozos de caña de azúcar o con otros ingredientes, según el gusto de quien cocine. El dulce cristalizado se llama calabazate. La preparación de la calabaza en tacha consiste en introducir dicho fruto en un cesto de palma que se confita en las calderas donde se fabrica el azúcar. Esta es la forma tradicional, pues en las antiguas máquinas de los ingenios se hacía la concentración del guarano o jugo de caña en dos calderas cónicas, colocadas sobre un solo horno (la mancuerna); una de las calderas era la malera, y la otra la tacha. En la actualidad se prepara cocida en miel de piloncillo o panela, antiguamente llamada también tacha para bendecir las casas.

    • Flor de cempasúchil (o flor de cuatrocientos pétalos): Su color representa la luz como los rayos del sol y al regarla en forma de camino se le indica a las almas el rumbo por el cual se le guía a casa.
    • Papel picado: También se suelen adornar las ofrenda con papel picado que es una artesania mexicana que se elabora con papel de china recortado con figuras de esqueletos y calaveritas.

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